Pese a estar exentos, los premios de la Lotería se prestan sin
embargo a otros tipos de fraudes que los técnicos del Ministerio de
Hacienda se ven obligados a perseguir. Un ejemplo, es el tráfico de
billetes de loterías que históricamente se ha producido para blanquear dinero.
El
fraude consiste en que una persona que tiene una importante cantidad de
dinero negro se pone en contacto con una entidad bancaria en la que
está depositado un billete de Lotería de Navidad que ha resultado
vencedor y ofrece a un empleado de esa entidad una importante comisión a
cambio de que hable con el propietario del billete y le ofrezca dinero por el boleto premiado, según explica Mollinedo.
Por
ejemplo, a una persona que haya ganado 300.000 euros en la Lotería de
Navidad se le puede llegar a ofrecer 350.000 por el billete y a la persona de la entidad bancaria que ha hecho la gestión otros 25.000 euros
de comisión. Si acepta, el propietario del billete se queda sin cobrar
el premio, pero recibe más dinero, mientras que la persona que compra el
billete ha conseguido blanquear 300.000 euros que puede justificar
diciendo que le ha tocado la lotería.
Este tipo de fraudes se popularizaron con el 'boom' inmobiliario,
según el técnico de Hacienda, aunque últimamente también se han
detectado algunos casos. "Pensábamos que estaba en desuso, pero con
ocasión de la Operación Malaya, se descubrió que a la familia de Juan Antonio Roca le había tocado nueve premios de la Lotería y de la Once",
apunta Mollinedo, quien ha indicado que "es un caso muy reciente de
personas que han utilizado ese mecanismo para ocultar esa parte de su
propiedad".
De esta forma, el problema de justificar el dinero
negro ante Hacienda pasa del comprador a la persona que en un principio
le había tocado la lotería, que no tiene forma de explicar ante Hacienda
de dónde ha salido ese dinero con el que se ha comprado según que
cosas.
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