miércoles, 6 de junio de 2012

El estanco que vendió el boleto de la Primitiva aprovecha el tirón del premio


El estanco de la Primitiva aprovecha el tirón del premio
A estas alturas, no se sabe si el agraciado o agraciada del premio de siete millones de euros de la Primitiva sellado en el estanco de Fernando Calzadilla, junto al cruce con la 'autopista', sufrirá los síntomas propios de una resaca por la celebración, pero Francisco Márquez, el estanquero que vendió el boleto, también sufre su particular resaca.

Poco antes de las dos reconocía que le dolía la cabeza por la ajetreada mañana que llevaba. Su local, situado en un punto estratégico en una esquina muy transitada, no da habitualmente muchos respiros, pero ayer además no paró de atender a periodistas y curiosos que se acercaron a preguntar por el supuesto ganador. No todos los días se dan siete millones de euros a un cliente.

Apenas pudo coger el teléfono, y al final de la mañana tenía más de cinco llamadas perdidas en el buzón. Intuía que el reclamo telefónico también tenía que ver con el millonario anónimo porque las visitas y llamadas de banqueros a los loteros que acaban de dar un premio forman parte del ritual. Por si fuera poco, ayer la única conversación que se escuchaba en su pequeño estanco giró sobre el mismo tema.

Francisco ya ha repetido hasta la saciedad que no tiene ni la menor idea del ganador porque el estanco, por la ubicación, vive en gran parte del paso continuo de gente, desde los que van hasta la estación de autobuses hasta los que bajan y suben al centro por la avenida.

El estanquero cree que si se selló el sábado hay muchas posibilidades de que los siete millones de euros se queden en el barrio y si fue el viernes es probable que se trate de alguien de paso, pero como tampoco se conoce con exactitud cuando se selló, no hay manera de estimar la criba.

La cara de la moneda de la resaca de Francisco es que ayer hubo más apostantes de lo habitual. Algunos de los clientes del estanco, viendo que allí mismo tenían un ordenador que había sido capaz de sacar de forma aleatoria una combinación ganadora, se animaron y probaron suerte por si la máquina vuelve a repetir la hazaña.

El estanco lleva más de cuarenta años abierto en la avenida y hace siete se mudaron a la esquina. Su debut con los premios llegó hace años cuando repartieron 60.000 euros de un décimo del sorteo de la Lotería Nacional. Como ahora, no hubo ni rastro del agraciado. Con el tiempo se supo que se lo embolsó un estudiante. Fuente Hoy.es  5/06/2012

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