- El agraciado contaba con un décimo del número 19.848
- Obtuvo, además, la serie en el sorteo de los jueves
El punto de venta de lotería ubicado en el Paseo del Rollo de Salamanca,
repartió este jueves 1,2 millones de euros al vender un décimo del número 19.848
que, además, resultó agraciado con la serie en el sorteo de los jueves.
Según explicó uno de los responsables de la Administración, Manuel Nieto,
se trata del premio más importante vendido desde la apertura de la
Administración, hace ya 50 años, una circunstancia que le satisface
especialmente porque no existe precedente en el barrio de otro de tal magnitud.
La última vez que los visitó la suerte fue "hace muchos años, cuando comenzaron
las quinielas de fútbol".
La identidad de la persona agraciada es una incógnita ya que la zona
es muy transitada por gente mayor "que tiene la costumbre de comprar la
lotería, guardarla y tardar en comprobarlo" por lo que, incluso, se especula con
la posibilidad de que el portador del premio aún no sepa que lo tiene en su
poder.
Lo que sí parece claro es que el premio ha sido fruto del azar al
venderse directamente a través de la máquina expendedora puesto que
ninguno de los tres trabajadores de la Administración recuerda que el número
fuera solicitado expresamente. Fuente
- El agraciado contaba con un décimo del número 19.848
- Obtuvo, además, la serie en el sorteo de los jueves
El punto de venta de lotería ubicado en el Paseo del Rollo de Salamanca,
repartió este jueves 1,2 millones de euros al vender un décimo del número 19.848
que, además, resultó agraciado con la serie en el sorteo de los jueves.
Según explicó uno de los responsables de la Administración, Manuel Nieto,
se trata del premio más importante vendido desde la apertura de la
Administración, hace ya 50 años, una circunstancia que le satisface
especialmente porque no existe precedente en el barrio de otro de tal magnitud.
La última vez que los visitó la suerte fue "hace muchos años, cuando comenzaron
las quinielas de fútbol".
La identidad de la persona agraciada es una incógnita ya que la zona
es muy transitada por gente mayor "que tiene la costumbre de comprar la
lotería, guardarla y tardar en comprobarlo" por lo que, incluso, se especula con
la posibilidad de que el portador del premio aún no sepa que lo tiene en su
poder.
Lo que sí parece claro es que el premio ha sido fruto del azar al
venderse directamente a través de la máquina expendedora puesto que
ninguno de los tres trabajadores de la Administración recuerda que el número
fuera solicitado expresamente. Fuente
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